Al finalizar con la remodelación de su escritorio, la familia quedó tan conforme con los resultados que quiso seguir remodelando otros espacios de su hogar para poder aprovecharlos más.
Aquí me tocó entrar en su quincho: espacio de reuniones más grandes con amigos para cenas y asados. Este les quedaba chico, no por las dimensiones del espacio, sino porque los muebles no llegaban a abarcarlo es su totalidad.
Se propuso un lenguaje integral para un espacio que en su momento acogía un rejunte de muebles sobrantes que no se relacionaban entre si. Se propuso entonces un diseño que en su paleta de materiales combine hierro y madera.
Se propuso ampliar la mesada para ampliar el lugar de trabajo, y se liberó espacio de la misma agregando unos alaceneros horizontales abiertos, colgados sobre una estructura de hierro.
Para el asador, se diseñó un revestimiento en chapa completo que incluyera tanto la puerta del mismo como puertas y cajones inferiores para más guardado.
Las mesas y el rack de TV siguieron con el mismo lenguaje, simulando una estructura en hierro que sostiene el mueble de madera. Se incluyó en el mueble de TV un amplio guardado con un sector de bar en bandejas extraíbles para botellas de tragos y sus utensilios.
Las mesas se agrandaron pequeñamente en su dimensión para que reciban a dos invitados más cada una pero no invadan el espacio. Además tienen la opción de usarse de manera separada o de armar una gran mesa en conjunto.
Se consiguió así ampliar funcionalmente un espacio sin modificar ninguna de sus dimensiones, simplemente aprovechando su potencial a partir de un diseño consciente.